A lo largo de 2020, las actividades económicas relacionadas con la alimentación, la tecnología y el medio ambiente han demostrado su resiliencia a la pandemia e, incluso, algunas de ellas han salido reforzadas.
El gran consumo, en concreto, ha sido el más privilegiado en comparación con el resto de los sectores, al haber registrado durante el año pasado crecimientos nunca vistos hasta la fecha, obteniendo un aumento del +12,7% con respecto a 2019, año en el que esta cifra fue cercana al +1%.
Según las previsiones que hemos realizado en Kantar, de cara a 2021 vamos a situarnos en niveles de demanda muy altos también -en torno al 10-11% por encima de los años previos a la pandemia. Este factor, a nuestro parecer, nos da una última oportunidad para capturar esos volúmenes extra con respecto a lo que sería un año normal, hasta que, paulatinamente, vayamos regresando a la normalidad.
Por secciones, las que más han acelerado su crecimiento son las bebidas, los frescos y la alimentación seca. En el caso de los frescos en particular, consiguen crecer hasta un +14% en valor versus el año anterior, erigiéndose como uno de los grandes motores que han motivado el crecimiento, sobre todo en los hogares con niños de entre 6 a 17 años, adultos sin hijos y jubilados.
Hay que diferenciar primero entre los productos frescos no perecederos y los perecederos; estos últimos han registrado un ascenso histórico -un 14,6%- muy dinamizado por los ritmos de crecimiento de las frutas y el mercado de las verduras y hortalizas. No obstante, cabe tener en cuenta que el mercado en valor más importante en nuestro gasto total seguiría situándose en las carnes frescas.
Las causas del crecimiento
Pero ¿cómo ha sido posible un crecimiento tan potente en el último año? Uno de los factores que hemos detectado desde Kantar es el aumento de la cantidad de kilos adquirido por los hogares. Concretamente, este importe ha aumentado en 66 kg, llegando a una compra promedio anual por hogar de 717 kg de producto fresco perecedero. Esto ha repercutido en que las cestas hayan sido más grandes (un +12% más que el año anterior) y que el ticket haya sido mayor en cada acto, casi un 16% más.
Sin embargo, y muy en línea con lo observado en el sector de gran consumo, hemos visto cómo los hogares han reducido la frecuencia de compra alrededor de un -2%, aspecto que, como es de esperar, se ha hecho sobre todo visible en los periodos de confinamiento. A partir del segundo semestre de 2020 sí podemos observar una recuperación de la frecuencia de compra a los niveles del año anterior, aunque mantenemos ese aumento en la carga en cada acto.
En definitiva, los datos nos están alertando sobre la importancia de aprovechar bien la demanda extraordinaria que se ha generado a raíz de la situación actual, así como entender de forma correcta de dónde vienen las fuentes de negocio en cada uno de los mercados para poder maximizar nuestros resultados.
