Realizamos una consulta a los hogares colombianos para saber cómo se sienten y cómo se comportan ante la situación. Encontramos que los hogares más impactados por este entorno económico complejo son los niveles socioeconómicos (NSE) 3 y 4 donde el perfil del consumidor principal es mayor de 50 años y son familias pequeñas. Mientras tanto, los NSEs altos declararon que su situación se ha mantenido estable en el tiempo. Solo hogares de NSE 2 son más optimistas y declaran que han visto una leve mejora en sus finanzas.
Las ciudades más afectadas en este sentido son Bogotá, Medellín y Barranquilla, donde más de un 30% de los encuestados de estas localidades respondieron que su situación financiera ha empeorado este último año. En Cali, los encuestados declararon que su economía se mantuvo estable y en Bucaramanga un 16% declaró que ha mejorado.
Los patrones de compra cambian por perfil del consumidor
Cuando cuestionamos hacia el futuro, en los NSE 2 y 3 buscarán opciones más económicas de los productos de consumo frecuente, haciendo cambios a marcas de menor precio, así como considerarán promociones. Estos niveles socioeconómicos concentran el 60% de los hogares, por eso es necesario que las marcas tengan en cuenta estos factores para no perder facturación y buscar acciones que puedan favorecer la compra de estos hogares.
Los estratos sociales altos, en cambio, al no tener una situación financiera tan comprometida declaran que, principalmente, reducirán costo en otro tipo de actividades de ocio como: salir a comer a restaurantes y viajar.
¿Qué categorías se dejarían de comprar o reducirían su consumo?
Debido al alza de precio que han tenido las categorías, y si esto continúa, se identificó que existe una tendencia transversal a todos los NSE y en las 5 principales ciudades del país (Bogotá, Medellín, Barranquilla, Cali y Bucaramanga).
El 66% de los hogares declararon que van a disminuir consumo o dejar de comprar: salados, bebidas alcohólicas para el consumo en el hogar – por ejemplo, cervezas, gaseosas, jugos en caja, maltas, igual que bebidas lácteas – como kumis y yogurt. En algunas de estas categorías ya se evidencia una disminución en el grado de consumo en los distintos perfiles del consumidor.
Una de las más afectadas es la categoría de Snacks, en la que se observa una relevante baja, tanto en su volumen como en su facturación, en los últimos 6 meses. La categoría ha sufrido un alto incremento de precios en los últimos 3 meses lo que la viene afectando sostenidamente.
La canasta de Lácteos es la más afectada en un 15% en cuanto a la disminución de su volumen en las 5 principales ciudades del país y para todos los NSEs, el último año móvil a febrero 2023.
Otra que sufre una fuerte caída en volumen es la de Frescos, principalmente afectada por carne de Res y Cerdo. En el último año móvil, esta categoría también perdió un 15% de volumen.
¿Qué esperar del consumo en el futuro?
Probablemente los aumentos de precios seguirán siendo evidentes y el comportamiento de la canasta continuará fluctuando, por lo que las categorías que seguirán evidenciando mayor impacto son las básicas o de indulgencia.
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