El año pasado las ayudas gubernamentales fueron fundamentales para sobrellevar la pandemia. Debido al límite de salidas permitidas, así como de visitas al punto de venta, estos apoyos permitieron que las familias pudieran comprar productos de consumo masivo y tener suficientes suministros para la cuarentena.
En Kantar nos dimos a la tarea de investigar si este año los hogares mexicanos están inscritos en algún programa gubernamental que los apoye financieramente o en especie, debido a la situación económica por la que está atravesando la sociedad, ya que continuamos con los efectos de la pandemia.
Actualmente existen distintos programas que se pueden encontrar, sin embargo, no todas las personas están inscritas en alguno, ya que el 67 % declaró que no reciben ningún tipo de apoyo por parte de alguna institución, lo que destaca, principalmente, hogares que están ubicados al noroeste del país, donde el ama de casa tiene entre los 35 y 49 años, con dos integrantes en la familia.
Encontramos que el 23 % de los hogares sí están recibiendo apoyo de algún programa, y éste representa, como máximo, el 25 % del ingreso total familiar. Este grupo está caracterizado por tener amas de casa de 35 a 49 años, con familias grandes de más de 5 integrantes y con hijos de entre 5 y 12 años, principalmente en el Área Metropolitana y Ciudad de México (AMCM).
También encontramos un 5 % de hogares, mayormente de nivel socioeconómico (NSE) bajo, con amas de casa menores de 34 años y que tienen hijos de hasta 5 años, en los que el apoyo social que se recibe representa entre el 26 % y el 50 % del ingreso familiar mensual. Esto es más notorio en noreste y sureste del país.
Cabe mencionar que hay un 3 % de los hogares que reciben algún tipo de apoyo gubernamental, y este representa hasta el 75 % del ingreso familiar mensual. Estos hogares, principalmente, son de NSE bajo, con amas de casa de 35 a 49 años, con hijos de 6 a12 años y viven en el AMCM.
A pesar de que la mayoría de los programas de apoyo cuenta con reglas o lineamientos de operación, estos no tienen el carácter de condicionalidad que tenían en años anteriores. Los programas sociales no supeditados les dan a los beneficiarios una mayor libertad para utilizar los recursos de acuerdo con sus necesidades. Sin embargo, los criterios incrementan la probabilidad de que los recursos se gasten en acciones específicas que permitan el cumplimiento de los objetivos de los programas.