Estados Unidos es considerada como una gran escuela de marketing por muchas personas. Sin embargo, y contrariamente a lo que podamos pensar teniendo esto presente, no todas las marcas estadounidenses son sobresalientes ni todas las marcas sobresalientes provienen de este país norteamericano.
Las recientes elecciones presidenciales celebradas en Estados Unidos han puesto el foco en este país, y no sólo en su forma de hacer política, sino también en su forma de hacer negocios y en cómo sus empresas han perdido valor en el nuevo mundo global. Poniendo un ejemplo objetivo, durante años las marcas norteamericanas han pintado de azul, rojo y blanco el ranking BrandZ™ Top100 Most Valuable Global Brands de Kantar. En la edición de este año, podemos ver que la bandera de Estados Unidos es la más frecuente y ocupa 20 posiciones de las Top25 Brands, sin embargo:
- 48 de las marcas del Top100 (3 más que el año pasado) no son marcas de origen estadounidense
- 17 de ellas (y 2 más que el año pasado) son chinas
¿Qué han hecho estos newcomers para subir tan rápido posiciones en un ámbito que estaba dominado por Estados Unidos? Las nuevas marcas, más allá de sus nacionalidades, destacan principalmente por su diferenciación:
- Concretamente, de las marcas que más han crecido en los últimos tres años, la mitad (el 50%) lo han hecho por ser muy diferentes al resto.
- La relevancia también es otro factor de éxito: de las que más han crecido en ese período, el 43% lo ha logrado por ser muy relevantes (más que su competencia) para el consumidor.
Por tanto, podemos concluir diciendo que el factor clave del éxito de una marca es que sea diferente y relevante, y que esa diferencia y relevancia vaya más allá de simplemente su nacionalidad.