El pasado domingo se celebró la Super Bowl, un acontecimiento que genera siempre muchas emociones:
- Las de los fans del fútbol americano, especialmente de los equipos que se enfrentaron.
- Las de los fans de los músicos que actuaron durante el descanso.
- Y las de las marcas que se anunciaron, haciendo ambas cosas: actuar y enfrentarse, con una inversión estimada por Kantar de 450 millones de dólares, a razón de más de 5 millones por spot.
Está claro que se trata de un evento deportivo 'de los que no te puedes perder': según un estudio de Kantar realizado el año pasado, el 74% de los fans mayores de 18 años indicaron que era un evento "obligatorio", superando con creces los principales eventos de otras ligas deportivas profesionales.
Y con respecto a las marcas, la Super Bowl es también un evento “obligatorio” si eres una marca que quiere, además de actuar y enfrentarse, ganar. Y es que, en la mayoría de los casos, los anuncios de la Super Bowl han generado un aumento significativo en el valor de la marca, han aumentado las conversaciones sociales e inmediatamente las ventas, lo que resulta un ROI muy elevado. De hecho, un anuncio de la Super Bowl suele ser más de 20 veces eficaz que un anuncio de televisión típico cuando se trata de impulsar la percepción de la marca.
La Super Bowl sigue siendo el evento deportivo líder en ingresos publicitarios. El precio de aparecer en ella, además de la producción (este año muy complicada por la pandemia), supone la vieja fórmula de la oferta y la demanda: un único evento, con espacios publicitarios amplios pero limitados en cuanto a las marcas que quieren aparecer (algunas que son sponsors, otras con compromiso año a año: se las espera y no ceden su espacio) supone que los precios siguen y siguen aumentando año a año, ya que los espacios no crecen: son una media de 45 minutos con 70 spots.
Y llegados a este punto, es obvio que la final ofrece una oportunidad excepcional para las marcas de conectar con una audiencia grande. Pero eso sí, una de las claves es ser claro y, una vez más, es la emoción lo que ayudará a esa claridad, a que esa publicidad funcione, porque la emoción construye relaciones relevantes que permanecen.
En concreto, la emoción trabaja las 3 palancas que hacen que una marca, o una expresión de ella, funcione:
- Ser relevante: alinearse con las necesidades más profundas, las emocionales.
- Ser diferente: serlo a nivel emocional es la palanca para serlo (y expresarlo) a nivel de imagen y de funcionalidades del producto/servicio.
- Destacar: claridad emocional.
De la Super Bowl del domingo, hemos escogido algunos ejemplos de anuncios que son claros emocionalmente, porque corresponden de forma muy fuerte a uno de los 6 tonos emocionales, simbolizados en los colores NeedScope, basados en arquetipos universales:
Empezando por arriba y siguiendo las agujas del reloj, tenemos:
Anuncios rojos
Son extrovertidos e individualistas, corresponde a la rebeldía, ser pionero, desafiar:
Anuncios púrpura
Totalmente individualistas, de ganadores:
Anuncios azules
Son también individualistas, pero de un tono Introvertido, de datos y control:
Anuncios marrones
Son introvertidos y sociales, opuestos a los rojos, son apoyo y tradición:
Anuncios naranjas
Son los más sociales, opuestos a los púrpuras, son conexión y comunidad.
Este anuncio, con formas extrovertidas, está casi cercano a los amarillos que le siguen:
Anuncios amarillos
Son los sociales y extrovertidos; diversión y alegría: